Jerry es mi amigo imaginario y me encanta jugar con él. Aunque Jerry vivía en Nairobi, una ciudad donde no hay tanta abundancia como aquí, nos escribíamos por cartas imaginarias. Un día Jerry me mandó una carta que decía: Carolina necesito que me ayudes. A mi pueblo le falta agua, comida y dinero. ¿puedes ayudarnos? Vente a Nairobi y ayuda a mi pueblo. Yo compré mucha comida, mucha agua y ahorré mucho dinero dinero. Cuando llegué a Nairobi, les di mis mercancías a los habitantes y se pusieron muy felices. Yo sabía que Jerry era imaginario y que en realidad todo eran imaginaciones mías.
